La Segarra es el estudio de un territorio, el de mi tierra natal. La delimitación en este sentido está
muy clara y perfectamente acotada. Como todas las delimitaciones territoriales, es una línea
imaginaria y artificial. Dentro de estos límites y 10 años después de dejar mi residencia para venir a
Barcelona, he llevado a cabo un viaje de redescubrimiento.
El aire que respiran las fotografías es el de una tradición de fotografía documental. Las imágenes
finales no pretenden ofrecer un resultado inédito en su fondo, sino más bien documentar una
realidad en un tiempo y lugar determinados.