Hace 8 años de su primer brote, y tan solo uno que le diagnosticaron el trastorno. Cuando una persona tan cercana a ti sufre un trastorno mental, la cantidad de sensaciones y emociones que te envuelven son infinitas, pero tan solo una se repite constantemente, la impotencia. Esta es la historia de una amistad en lucha constante, de miedos y inseguridades, de fuerza y valentía, de aprendizaje continuo y de muchas horas de soledad, reflexión y aceptación. Todavía no puedo decir que lo he aceptado, aunque mi lucha diaria a su lado me hace fuerte poco a poco. Se que voy por buen camino, pero este será largo y estará lleno de retos.